En las dos décadas que siguieron a la revolución de Jomeini, mientras las calles y los campus de Teherán eran escenario de violencia, Azar Nafisi tuvo una de las tareas más difíciles: explicar la literatura de Occidente a chicos y chicas cada vez más expuestos al adoctrinamiento islámico. Cuando las condiciones políticas y sociales ya no se lo permitieron, la profesora Nafisi dejó de dar clases en la Universidad de Teherán y reunió en secreto en su casa a siete de sus alumnos más dedicados a la lectura de clásicos occidentales. Mientras los fundamentalistas toman el control, estas jóvenes se quitan el velo, hablan de sus esperanzas más íntimas, de sus amores y desengaños, de su feminidad y de su búsqueda de un lugar en una sociedad cada vez más opresiva. Leyendo Lolita en Teherán, celebran el poder liberador de la literatura en el Irán revolucionario y forjan su futuro.